Crear un nuevo blog cuya temática principal verse sobre el
cine es, a estas alturas, una empresa arriesgada. La proliferación de este tipo
de webs ha aumentado vertiginosamente en los últimos años, hasta el punto de
que el más ignorante en materia de libros tiene un blog de literatura, aquel
que nunca ha freído un huevo tiene uno de cocina y el menos cinéfilo escribe
sobre la próxima película que se estrenará en las salas (puede que incluso sin
haberla visto aún). Cada persona tiene derecho a opinar cuanto quiera –o,
mejor, pueda-, pero el gusto por la expresión de los pensamientos llega a
límites tan extremos que ha surgido una selva densísima de críticas de toda
clase, mayoritariamente inútiles.
Como decía, crear un nuevo blog es una actividad valiente. En lo que a
cine respecta, suelen escribirse noticias o críticas. Para las primeras ya
existen numerosas páginas dedicadas a informar, de las que se nutren (de las
que se copian descaradamente incluyendo, al final de la entrada, la “vía” por
la que se ha obtenido la buena nueva, quiero decir) los nuevos blogs . Las
segundas son más interesantes, pero las hay de distintas naturalezas. Así,
podemos encontrar críticas consistentes en una sinopsis desmesurada en lo que a
extensión se refiere, llena de retórica reiterativa y cansina, a veces con
faltas de ortografía. Otras, más atractivas por su capacidad didáctica, se
contentan con incluir un contexto histórico y cinematográfico, aunque luego no
comenten nada sobre la cinta criticada. Al margen de las anteriores existe otro
género, que se fundamenta en decir cuánto ha gustado el film al autor de las
entradas, lo que puede servir o no en función de nuestra afinidad con el
redactor.
He llegado a identificar una cuarta especie, extrañísima, de la que se
pueden observar algunos ejemplares en la sección Enlaces de este mismo sitio, que es la de aquellos textos que
nos transmiten conocimientos, que nos enseñan, que incluso cuando sólo son una
opinión personal de alguien con quien discrepamos profundamente, aportan alguna
novedad, aunque no sea de gran importancia. Desgraciadamente, esos blogs
son escasos, o, tal vez, están soslayados por la miríada de criticones que
anega la red. Por eso, siendo éste el panorama, uno duda mucho antes de crearse
un blog. ¿Acabará perteneciendo a todo el turbión de nuevas páginas de dudosa
calidad? ¿Proporcionará algún saber a sus lectores?
Es con este dilema con el que inauguro este blog, donde enlazaré mis
textos escritos para otras webs de cine y, tal vez, publicaré otros inéditos.
De todas formas, sea cual sea la solución al entresijo, en el mejor de los
casos alguien quedará satisfecho y, en el peor, nadie saldrá perjudicado.
Muchas gracias.